Oficio Religioso Breve Diario

Saturday, September 09, 2006

Meditaciones Para Una Quinceañera

Si no se pueden formar 14 parejas, podrán formarse siete, o catorce señoritas solas en el caso de que no se quieran usar jóvenes, el total de acompañantes debe ser 14. Para esta ceremonia se sugiere que los siguientes artículos los lleven las acompañantes de la festejada.

1. Biblia—de preferencia una Biblia forrada con raso de novia y encaje.
2. Zapatillas—Estas se ven mejor se son blancas y tamaño para bebé.
3. Anillo —puede ser con la piedra del mes o un diamante pequeño.
4. Reloj de pulso
5. Corona de fantasía.
6. Rosas—un capullo, una medio abierta y una completamente abierta.
7. Vela blanca de 18 pulgadas. Puede adornarse con listones y rosas pequeñas.
8. Perfume—un pomo pequeño y decorativo.
9. Parasol—que haga juego con el vestido de la festejada.
10. Ramo—que haga juego con el vestido de la festejada. Lo llevará consigo y lo dejará en el altar como símbolo de ofrenda. O bien puede llevar cada acompañante una rosa y le dan la rosa a la festejada al principio de la ceremonia. Entonces la festejada deja las rosas en el altar.

Se recomienda que se tomen los datos de la festejada de antemano y también que se practique la ceremonia cuando menos una o dos veces antes del día que se celebrará.


CEREMONIA

Muy amados en el Señor Jesucristo, nos hemos reunido aquí, en presencia de Dios para celebrar un culto de acción de gracias por motivo de la celebración de los quince años de (diga el nombre completo de la festejada usando el título Srita. o Hna.)
Nos alegramos que esta señorita haya decidido celebrar su cumpleaños en la casa de Dios. El Salmista dice: "Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. . ." Ciertamente le podemos decir a la familia (diga el nombre de la familia): "Yo me alegré con los que me decían, a la casa de Jehová iremos. . ." Gracias por la invitación a esta celebración, a este culto de Consagración.
Esta es una edad feliz, las jovencitas alientan muchas quimeras y sueños. Pero también es una edad difícil porque es en esta edad cuando se les hace responsable por sus vidas. De hoy en adelante esta señorita deja de ser una niña y entra a la edad de la juventud. Sus decisiones ahora tendrán más peso y cordura. Es en este tiempo que más necesita de Jesús como amigo, consejero y sobre todo como Salvador. (Canto: Quinceañera)
(Diríjase a la festejada y pida que la corte se ponga en pie ante el altar). Ya que ha nacido de ti, (diga el nombre de la festejada) que se celebre tus quince primaveras en la casa de Dios, te dedicaré unos objetos para que al verlos te recuerdes siempre de este día feliz. Estos objetos son so lamente símbolos de lo que es la realidad y lo que será en el porvenir en la presencia de Dios.
(Pida a la joven que trae la Biblia se acerque y le de la Biblia. Usted la dará luego a la festejada). (Nombre) Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabia para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que seas perfecta, enteramente preparada para toda buena obra". (2ª Timoteo. 3:14-17). Que este libro sea siempre lámpara a tus pies y lumbrera a tu camino. Escudríñala para que te encuentres aprobada delante de Dios.
(Pida la rosa en capullo; délas a la joven). Este capullo simboliza tu infancia. En esta etapa de tu vida eras inocente y ajena al pecado. El reino de Dios era tuyo sin necesidad de salvación y arrepentimiento.
(Pida la rosa medio abierta). Pero como es natural, creciste y comenzaste a tener conocimiento del pecado. Ya en esta etapa de la niñez tenías conciencia del bien y del mal. A esta edad se necesita de Cristo como Salvador y Señor.
(Pida la rosa abierta). Y hoy como esta flor madura, luces bella. Mas la Biblia dice que el hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo. Y así como las flores tienen olor y belleza pero luego se acaba, así la vida humana. La juventud es sólo un paréntesis en la vida. Todo es vanidad y lo único que perdura es tu alma. Guárdala cual divino tesoro. La mejor manera de cuidar tu vida es dándosela a Dios para que así alcances la vida eterna.
(Pida que la joven que trae el recipiente con perfume se acerque y se lo dé. Usted se lo dará a la festejada). Este recipiente con perfume simboliza la oración y la alabanza al Señor. Tu vida no sólo es de honra para Dios sino que debe utilizarse para ganar almas para Él "Porque somos grato olor de Cristo en los que se salvan." (2ª Corintios 2:15). El proverbista dijo que el perfume alegra el corazón, y el salmista lo confirma cuando dijo: "Suba mi oración delante de ti como el perfume." (Salmo 141:2). Que siempre agrades al Señor con tu vida y con tu oración.
(Pida el parasol y délo a la festejada). Este parasol te ayudará a pensar que "habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero." (Isaías 4:6). Cuando te encuentres en dificultad o en peligro tu podrás siempre decir: "Mi escondedero y mi escudo eres Tú." (Salmo 119:114). Confía en El. Pues el ha dado más de 33,000 promesas y todas son tuya.
(Pida las zapatillas. Déselas a la festejada). Estas zapatillas son símbolo de tu andar. Cuando eras una niña, tus padres te llevaban a donde ellos querían. Tú no decidías cual camino ibas a tomar. Hoy ellos han terminado su trabajo y tú eres responsable de cada paso que das. Recuerda que Dios siempre te ve. Y qué alegría que cuando venga el Señor tu puedas decirle, "escogí el camino de la verdad. . .consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios." (Salmo 119:30,59).
(Pida la corona y póngala sobre la cabeza de la festejada). Esta corona es bella y radiante, pero más será la corona que tú obtendrás en aquel día. La Biblia menciona por nombre algunas coronas. ¿Cuál quieres tú? Está primero la corona de la vida. Para obtener ésta el Señor te dice "Se fiel hasta la muerte y te dará la corona de la vida." Para aquellos que son siervos sumisos se les ha prometido "la corona incorruptible", (1ª Corintos 9:25). A los que aman la venida del Señor se les ha prometido "la corona de justicia", (2 Timoteo. 4:8). A los pastores se les ha prometido "la corona de gloria", (1ª Pedro 5:4) La Biblia te insta a cuidar tu corona "He aquí, yo vengo pronto, retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona", (Revelación 3:11). Pero lo más hermoso será que al llegar ante el Cordero, podrás hacer como los 24 ancianos que menciona el Apocalípsis, "echar tu corona a sus pies y proclamar, ’Santo, Santo, Santo, gracias por haberme redimido." (Revelación 4:8-10). (Un canto queda bien aquí).
(Pida el reloj; póngalo en la muñeca de la mano izquierda de la festejada). Este reloj te servirá para que recuerdes que la venida del Señor está muy cerca. Con cada segundo, cada minuto, cada hora, y cada día que pase, recuerda que hay que estar siempre preparados porque no sabemos ni el día ni la hora cuando vendrá el Señor Jesús por su Iglesia. Pero mientras esperas la venida del Señor, di como el salmista: "Enséñame de tal modo a contar mis días que traigan a mi corazón sabiduría." (Salmo 90:12).
(Pida el anillo; Póngalo en el dedo anular de la mano derecha). Este anillo simboliza autoridad. Tienes autoridad porque perteneces a la familia de Dios. Cuando el joven prodigo regresó, su padre pidió que se le pusiese anillo en su dedo porque ya había regresado al hogar y tenía la autoridad que le daba el padre. Así tú tienes autoridad sobre el enemigo porque eres hija de Dios. Este anillo también te recordará del infinito amor de Dios. Pues como esta prenda no tiene principio ni fin por ser un círculo, así el amor de Dios no tiene principio ni fin. . ."Con amor eterno te he amado" ha dicho el Señor. (Jeremías 31:3). El anillo también puede simbolizar un pacto. Tengo entendido que tienes un pacto que quieres hacer público. (Que la Srita. cante su himno I Promise y lea su verso).
(Pida que se acerquen al altar la festejada y sus padres. La joven dejará su ramo en el altar. La vela que lleva la madre la encenderán ambos padres. Luego la pondrá en el candelero) Esta vela también es un símbolo de tu vida. Tus padres te concibieron y tu madre te dio a luz y te cuidó tanto física como espiritualmente cuando eras pequeña. Pero ahora tú eres responsable de tu vida espiritual. La Biblia dice “Vosotros sois la luz del mundo . . .una vela encendida no se esconde pero se pone en el candelero para que alumbre la casa”. (Mateo 5:14, 15). Que así alumbre tu luz ante otros para que vean tus buenas obras y glorifiquen al Padre.
(Pida se arrodillen los tres. Los padres harán una oración por la Srita. mientras usted hace una oración de mutuo propio. . .Enseguida la joven hará su oración de consagración). Bien puede ser ésta memorizada del Salmo 119:33-48, o una que ella haya elegido. (La joven puede dar palabras de agradecimiento a sus padres, un testimonio o cantar un himno).

Concluya con la Bendición Pastoral:
Haga Jehová resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia. Alce Jehová sobre ti su rostro y ponga en ti paz.

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Friday, September 08, 2006

Consumado Es

Juan 19:30

INTRODUCCIÓN

Las penúltimas palabras de Jesús en la cruz fueron: “Consumado es.” “Todo está terminado.” “La obra está hecha.” “Todo está cumplido.” La palabra en el idioma original es “TETELESTAI”.

Hasta la muerte de Jesús, existía un complicado sistema de sacrificios. El pecado separa al hombre de Dios, y solo a través del sacrificio animal, un sustituto, podía la gente ser perdonada y limpia.

Jesús se convirtió en el último y final sacrificio por el pecado. Vino a terminar la obra de salvación de Dios y pagar la pena completa de nuestra iniquidad. Nada más necesita hacerse. El Señor cumplió perféctamente el plan perfecto de Su Padre.

Cuando un siervo completaba su trabajo, le decía a su amo... Cuando el sacerdote determinaba que un sacrificio era perfecto, afirmaba... Cuando una persona compraba algo y el mercader tomaba su dinero, decía... “Pagado por completo.” Cuando un artista completaba su obra, se echaba para atrás y decía... “Está terminado.” Asimismo, cuando el Hijo de Dios terminó la obra salvadora de Su Padre, exclamó... “Está terminada. Está hecha. Está cumplida.”

Aquel llamado “Dios con nosotros”, “Emanuel”, cumplió la misión
que vino a cumplir.

Lo siguiente que voy a leer...

ILL El lugar era el campamento de una caravana. Era tarde en la noche. Todos se habían retirado a dormir excepto un viajero del desierto y un rabino que había cometido el error de comenzar una discusión religiosa con el beduino vagabundo.

“¿Como no puedes creer en Dios?”, exclamó el rabino. “Mira todo lo que hay a tu alrededor”. “Yo no dije que no creía en Dios, solo que no hay evidencia de El. Te digo, si existe, no está tratando mucho para dejárnoslo saber; y hay menos evidencia aún de que se preocupa por nosotros.”

“Pero la Escritura dice...”, replicó el rabino. “¿La Escritura? Olvida lo que está escrito. Si de verdad hay un Dios, deja que baje aquí donde estamos; que baje a este asqueroso lugar donde vivimos; que huela la peste, que sienta la pobreza, que conozca el dolor, que vea el hambre... que sienta el hambre. Deja que sepa lo que es alargar una existencia en esta desgraciada pobreza, que vea a un amigo morir, que sienta la agonía de perder a alguien que ama, que sienta la injusticia de la muerte; que sepa lo que es ver a un niño pequeño morir y que se lo quiten de las manos a su madre para sepultarlo. Deja que vea nuestras enfermedades, los pies torcidos, la cuenca de los ojos ciegos; que este Dios tuyo sea odiado, que se burlen de él, que sea engañado, robado. Déjalo que pierda todo en mano de los malvados, que lo arrastren a una corte de ley como a mí. Deja que descubra por sí mismo cuan injusta la justicia realmente es.

La furia del beduino crecía mientras continuaba. “Y el pecado. El que está tan interesado en que si peco o no- Deja que sienta mi tentación; que experimente mis flaquezas; y despues veamos como se siente acerca de todas las reglas y mandamientos que ha puesto sobre mi- reglas sobre mi nivel con las cuales no puedo vivir y, sino vivo de acuerdo a ellas...”, gruñó el beduino, “ya no le plazco más”.

Déjalo que sienta lo que yo siento, aquí en este miserable, adolorido y decayente cuerpo mío. Y entonces, déjalo morir. Sí, que muera de la misma forma en que yo probablemente moriré, como todos los vagabundos mueren, aquí afuera solos. Sin hogar, sin que alguien cuide de tí, abandonado, olvidado. Si quiere impresionarme, deja que se haga igual a mí. Entonces, quizás, yo crea en tu Dios... pero no hasta entonces.”

Y aunque el beduino no se dió cuenta, ni escuchó, el Señor estaba presente dándole la más sorprendente respuesta.

“Beduino”, dijo el Señor, “eres más sabio de lo que crees. Sí, mucho mas sabio de lo que crees.”

El Señor estaba por volver otra vez a los corredores del tiempo, pero en vez, hizo una pausa y se dirigió al vagabundo del desierto una vez más. “Y beduino, nos encontraremos otra vez en una alta loma. Y juntos moriremos.” Hizo una pausa. “Y juntos nos levantaremos.”

(Gene Edwards, The Chronicles of the Door)

Al Cristo venir y morir, Dios hizo todo lo que iba a hacer para salvarnos. El sacrificio de Jesús fué su último intento. Y es suficiente.
“Consumado es”. No fué un clamor de alivio porque el sufrimiento estaba por acabar; ni un llanto de angustia porque su ministerio había “fracasado“; su grito fué uno de victoria, porque el propósito de Dios prevaleció.

La Biblia dice que “la paga del pecado es muerte.” Este precio ya fué pagado. Porque Jesús murió, puedo ser reconciliado con Dios y obtener paz con él; puedo recibir el perdón de mis pecados, y tener la oportunidad de comenzar de nuevo. Todo por medio de la fé.

En la cruz, Dios hizo lo que ninguno de nosotros pudo o puede hacer por sí mismo. Lo único que espera de nosotros es que nos arrepintamos de nuestro pecado y pongamos nuestra fé y nuestra vida en sus manos; que vivamos una vida que sea de su agrado y que traiga gloria a Su nombre.

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Thursday, September 07, 2006

Introduccion Al Ayuno

Mateo 6:16-18

Y cuando ayunáis, no seáis como los hipócritas, austeros; porque ellos demudan sus rostros para parecer á los hombres que ayunan: de cierto os digo, que ya tienen su pago. Mas tú, cuando ayunas, unge tu cabeza y lava tu rostro; Para no parecer á los hombres que ayunas, sino á tu Padre que está en secreto: y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.

Introduccion:

Vivimos en una cultura donde por todos lados se pueden ver altares a la comida y templos en honor al gusto del paladar. Esta obvia obsesión de nuestra cultura por la comida, hace ver el ayuno como algo fuera de uso y de lugar.

El ayuno, sin embargo es algo que los hombres de Dios practicaron a través de los tiempos Bíblicos; de hecho en la Biblia se menciona el ayuno casi 100 veces. A través del Nuevo Testamento se pude ver que el ayuno fue una practica común en la iglesia primitiva. Solo el ejemplo de ellos debe ser motivo suficiente para que todo cristiano practique el ayuno “imitando su fe”.

Encontramos en las paginas de la Biblia que el ayuno es una practica que se requiere de todo seguidor de Jesús, de hecho Cristo ni siquiera da el mandamiento de ayunar sino que da por entendido que los cristianos ayunan. Al hablar del ayuno a sus discípulos dijo “Cuando ayunéis” No dijo si ayunáis o, si algún día sienten ganas de ayunar; él dijo cuando ayunen, porque él daba por sentado que ellos tenían que ayunar (Mateo 6:16).

La practica de este “sacrificio” se constituye en un ejercicio espiritual que agrada a Dios, y que traerá crecimiento y fortaleza, sabiduría, madurez espiritual, y grandes victorias a quienes lo acostumbran.

Hombres y Mujeres Prominentes que Ayunaron


· Moisés, el legislador
· David, el rey
· Esdras el sacerdote

· Ester, la reina
· Daniel, el vidente
· Ana, la profetisa

· Pablo, el apóstol
· Elías, el profeta
· Jesucristo, el Dios encarnado
EL AYUNO EN EL MUNDO

El ayuno no es una disciplina exclusivamente cristiana; todas las religiones más importantes del mundo reconocen sus beneficios, y sacan provecho de él.
Zoroastro, Confucio, los yoguis de la india, Platón, Aristóteles, Hipócrates y Sócrates ayunaron también. El ayuno es una practica neutral, que al igual que la oración y otras disciplinas, puede ser enfocada hacia otra deidad, o practicada con otros propósitos además de los religiosos.

EL AYUNO ES LA MANERA BÍBLICA DE HUMILLARSE DELANTE DE DIOS.

A lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento y durante los últimos 2000 años, el ayuno ha sido un medio primordial para humillarse delante de Dios. En Isaías 58:5, el profeta describe el ayuno como un día en que “el hombre aflige su alma”.

En el salmo 69: 10, David dice que él “afligía su alma con ayunos”.
Jesús dijo que: “el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23: 12)
Pedro nos invitó diciendo: “humillaos pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5: 6)

Santiago exhortó diciendo: “Acercaos a Dios, y el se acercará a vosotros... afligios, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y el os exaltará”. (Santiago 4: 8-10)

La humildad es una actitud del corazón. La Biblia dice: “Al corazón contrito y humillado no despreciaras tu, oh Dios”. (Salmo 51: 17) Dios oirá y responderá a nuestro clamor cuando vengamos delante de Él en humildad y quebrantamiento, reconociendo nuestra condición en arrepentimiento.

Ayunar consiste en afligir nuestro cuerpo de tal modo que se humille nuestra alma y corazón (sin dañar ningún órgano de nuestro cuerpo); para que Dios pueda ver que de verdad queremos que nuestra oración, petición, necesidad o suplica, sea escuchada en lo alto.

El ayuno, por lo tanto, es un medio divino para corregir el orgullo del corazón del hombre y humillarse delante del Señor.
Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra. Isaías 66: 2

Conclusión:

La siguiente semana continuaremos con este importante tema. Trataremos con los beneficios del ayuno.

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Wednesday, September 06, 2006

Las Tres Voluntades Satanicas

1 JUAN 2:15-17

INTRODUCCIÓN:

Una vez más tenemos una palabra que nos habla de las áreas que como cristianos debemos asegurarnos que están cerradas y muertas para que el enemigo no entre a robar, matar y destruir.
Creemos que vivimos en los postreros tiempos en los que Dios está restaurando, sanando y liberando a su Iglesia para ser presentada pura, santa y sin mancha delante de Él. Cristo mismo dijo: “Yo edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” Y El está cumpliendo su promesa.
¿Por qué el título de voluntades satánicas? La palabra satanás en hebreo quiere decir literalmente adversario o enemigo y con voluntades satánicas me refiero a tres voluntades, a tres deseos, a tres áreas que son contrarios a Dios y que se levantan como enemigos de Él.


1. VIVIMOS TIEMPOS PROFÉTICOS.

La profecía siempre trae revelación en dos dimensiones:
a. revelación de la persona de Dios para nuestras vidas para perfección de las mismas.
b. revelación de cómo están nuestras vidas delante de Dios para corrección de las mismas.

2. EN 1ª JUAN 2: 16 VEMOS…

Que debemos de guardarnos de amar tres cosas que están operando en el mundo y que nos separan del amor del Padre.

a. El deseo de los ojos (querer ver). El mundo vive bajo el deseo de querer ver. Al mundo no le importan ni valoran las cosas que no se pueden ver. Satanás domina el mundo bajo el poder de lo visual, de lo aparente, de lo externo, de la imagen, de lo codiciable y cosas similares. El mundo solo quiere ver y no desear.
-¿Cuántos problemas vienen a nuestras vidas por ver cosas que no son licitas ni agradables a Dios?
-El deseo de los ojos el impío no lo puede derrotar ni vencer por eso vive dominado por ello. ¿Cómo podemos los cristianos vencer el deseo de los ojos? La respuesta es por medio de los deseos de la fe. Lo que se ve (realidad mundana) se derrota por lo que no se ve (realidad espiritual).

b. El deseo de la carne (querer tener o experimentar). El mundo impulsado por los deseos de lo que ve es lanzado a querer tener aquello que está viendo y no puede refrenarlo. El mundo vive de las emociones y experiencias que son temporales, carnales y engañosas. El mundo vive con el deseo constante de querer tener más y más porque está sujeto a un principado de materialismo y humanismo. No podemos permitir que las cosas del mundo y el deseo de tenerlas nos roben y nos priven de las cosas que Dios tiene para nosotros.

¿Cómo podemos los cristianos vencer los deseos de la carne? La respuesta es por medio de los deseos del Espíritu porque solo por el Espíritu podemos hacer morir las obras de la carne.

c. La vanagloria de la vida (querer ser). El mundo está llena de personas que viven una vida vana, hueca, vacía y sin contenido que basa su identidad no por lo que son sino por lo que tienen. Los cristianos no encontramos nuestra identidad en el mundo ni en las cosas del mundo sino solamente en Cristo quien nos compró con su sangre y con quien estamos juntamente crucificados para que lo que vivimos en la carne lo vivamos en la fe del Hijo de Dios.
-¿Cómo podemos los cristianos vencer la vanagloria de la vida? La respuesta es por medio de una vida plena en Cristo Jesús en la que proyectamos todas y cada una de las áreas de nuestras vidas para que sean reflejadas solamente en Él. Si Cristo es en nosotros en todo lo que somos, tenemos y hacemos entonces tenemos la garantía que nuestra vida no será vana, hueca o temporal sino plena, llena y eterna.

3.- ADAN Y EVA SUCUBIERON ANTE ESTAS TRES VOLUNTADES ENEMIGAS DE DIOS.

En Gn.3:1-6 la Biblia nos cuenta la caída del hombre y cómo el pecado fue introducido en el mundo.
- Eva sucumbió ante el deseo de los ojos porque vio que el fruto prohibido por Dios y que satanás le había ofrecido era bueno y agradable a los ojos. (El deseo de los ojos)
- Eva sucumbió ante el deseo de la carne porque comió del fruto para alcanzar sabiduría. Eva no solo se conformó con ver el fruto lo quiso tener y hacerlo suyo.
- Eva sucumbió ante el deseo de la vanagloria de la vida porque creyó en la mentira del enemigo que le dijo si comes de este fruto serás como Dios que conoce el bien y el mál. Adán y Eva quisieron ser más en la vida de lo que realmente podían ser . No se conformaron con ser hombres sino que quisieron ser dioses.
Tal vez te preguntes de dónde surgió esta semilla de maldad o por qué el diablo los tentó en estas tres áreas. La respuesta está en el siguiente punto.

4.- SATANÁS SUCUMBIÓ ANTES ESTOS TRES DESEOS CONTRARIOS A DIOS.

En Is.14: 12-14 la Escritura relata las motivaciones de Lucifer que lo impulsaron a rebelarse contra Dios.
- Lucifer sucumbió ante el deseo de los ojos. En el ver.13 satanás dijo en lo profundo de su corazón subiré al cielo...podemos imaginar que durante un periodo tiempo tan grande que nos es imposible calcular Lucifer había estado sirviendo bajo la autoridad de Dios ...pero un día en su corazón se propuso subir a ese sitio que había visto muchas veces y que nunca había estado antes, que era el trono de Dios donde el Altísimo estaba sentado rigiendo como Dios Supremo todo el universo.
- Lucifer sucumbió ante el deseo de la carne. En el ver.13 satanás dijo en lo profundo de su corazón estableceré, pondré y tendré mi trono por encima de las estrellas.
- Lucifer sucumbió ante el deseo de la vanagloria de la vida porque creyó que podría ser semejante a Dios como dice en el ver.14. Lucifer cegado por el engaño y el pecado del orgullo creyó poder vencer a Dios y se levantó contra el en una pelea que lo convirtió en satanás, es decir, en adversario perpetuo, juzgado y condenado ya por Dios.

5.- CRISTO VENCIÓ ESTAS TRES VOLUNTADES SATÁNICAS EN EL DESIERTO.

Al leer Lc. 4:1-13 la Escritura nos muestra como Cristo también fue tentado y probado en estas tres áreas y como también salió victorioso por medio de la palabra y de la llenura del Espíritu.
- Cristo venció al deseo de la carne (piedras transformadas en pan para ser comidas
- Cristo venció al deseo de los ojos ( reinos del mundo fueron mostrados)
- Cristo venció a la vanagloria de la vida ( ángeles que vinieran a servirle porque era el hijo de Dios )
Cristo es el segundo Adán, nuestro redentor y por quien hemos sido regenerados para ser nuevas criaturas en las que las cosas viejas del mundo pasaron y he aquí todas son hechas nuevas para vivir en un constante crecimiento conforme a la imagen y semejanza de Cristo.

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Tuesday, September 05, 2006

Cómo Llegar A La Experiencia De La Verdadera Libertad

Romanos 6:1-23

Introducción

¡Libertad! Son muchas las personas que han abandonado todo en busca de ella. Son muchas las personas que han luchado y muerto por defenderla, otros han tomado nuevos rumbos, enfrentando los peligros que sean por mantenerla.

¡Libertad! Todos queremos tenerla. La Biblia nos dice que fuimos creados para disfrutarla a plenitud, para no conformarnos con menos. Sin embargo, allá en el tiempo del cual no tenemos registro, excepto el que nos dan las Escrituras, el hombre perdió su libertad. Canjeó su libertad por la esclavitud.

La libertad que había conocido y experimentado bajo el gobierno de Dios se redujo a un sueño rodeado de una terrible pesadilla. Aquella habilidad con la que Dios nos dotó para satisfacer los anhelos de nuestro corazón de manera que siempre fuéramos agradables a Él, se distorsionó. Y aunque éramos libres buscábamos la libertad en forma equivocada.

Fue así que nos volvimos esclavos, sometidos a deseos que nos alejan más y más de Dios, quien amorosamente nos creó libres para servirle. Los rastros de aquel sueño original todavía se ven latentes en las vidas de los seres humanos. Allá en lo profundo de nuestro ser anhelamos poseerla a plenitud. Pero nunca lo lograremos fuera de Dios.

Transición:

En el capítulo 6 de Romanos, Pablo reconoce estos hechos y evalúa la libertad del creyente basándose en la obra del Señor Jesús. Para ello Pablo propone la siguiente pregunta: ¿Cómo llegar a la experiencia de la verdadera libertad? Para cual propone dos respuestas. Veamos las respuestas que nos da.

1. A través de un despertar del corazón para ver lo que tenemos en Cristo (v.1-5)

Toda experiencia en la vida de los ciudadanos del reino, tiene que haber sido alcanzada por medio de un despertar del corazón humano a la luz de la Persona y la obra del Señor Jesús.

Nuestro crecimiento y madurez espiritual será alcanzado en la medida que nuestro corazón se abre para explorar el camino de la fe en Cristo, no para saber, sino para obedecer.

1.1 El creyente debe saber que su experiencia de conversión lo une a Cristo en su muerte (v.1-3)

En los últimos versículos del capítulo 5 Pablo ha hecho un planteamiento controversial. Pablo se adelanta para decirle a los que piensan que se puede pecar deliberadamente (ya que la gracia de Dios es más grande que el pecado) que Dios, en nuestra experiencia de conversión a Cristo, no solo puso nuestros pecados sobre Él, sino que también nos puso a nosotros mismos.

Dicho en otras palabras, el que dice ser cristiano debe haber experimentado una unión espiritual profunda con el Señor Jesús. Ahora bien, no hablamos de una “fusión”, como algunas sectas enseñan, sino de una unión en donde nuestra personalidad y naturaleza humana se mantienen aisladas de la personalidad y naturaleza divina. Es decir, no llegamos a ser dioses, ni a ser como Dios, sino a ser de Dios.

Por eso el que ha muerto con Cristo ha muerto al pecado y ya no puede volver a vivir como si todavía estuviera esclavizado a él. Reflexionemos por un momento: ¿Qué significa morir al pecado? ¿Significa que estamos muertos al pecado de la misma manera que un cadáver carece de respiración? Así como un cadáver es incapaz de aspirar aire, ¿son incapaces de pecar los cristianos?

Claro que no. El apóstol no nos está diciendo que un creyente no puede volver a pecar. Al hablar de la muerte al pecado Pablo se está refiriendo a una separación o ruptura en una relación más que una extinción del pecado. Así nuestra muerte en Cristo debe conducirnos a una ruptura con todas las relaciones que antes teníamos con el pecado. Pero esta ruptura no es “definitiva” en el sentido que no pecaremos jamás. Lo que Pablo quiere dejar por sentado es que ya no podemos tener al pecado como un estilo de vida que nos gobierna.

El creyente que sabe lo que tiene en Cristo es aquel que se encamina hacia lo eterno y lo verdadero.

1.2 El creyente debe saber que su experiencia de conversión lo une a Cristo en su resurrección (v.4-5)

En la experiencia de conversión hay una incorporación del creyente a la nueva vida de manera que, así como Cristo, el cristiano ha logrado una victoria sobre el pecado en el mismo momento que se asocia a Cristo por la fe. Por eso la proclamación del versículo 5 es contundente y segura: “En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección” (NIV)

La resurrección de Cristo, operada por el Espíritu Santo, es extensiva a sus seguidores. Por eso en el capítulo 8 versículo 11 leemos: “Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes” (NVI)

La Biblia nos habla de un día el cual se describe por los profetas del A.T. como “el día temible de Jehová”, en el cual los cielos y la tierra y todo lo que hay en ella será conmovido. Daniel nos dice “y del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetuas” (Dn. 12:2 NVI).

El Señor nos garantiza que por su resurrección seremos despertados en el día final para heredar la vida eterna y para estar para siempre en la presencia del dios eterno, justo y verdadero. Sin embargo, aunque nos aguarda esa esperanza la cual se consumará en el futuro, el apóstol nos dice que la resurrección ya ha tomado efecto en nuestras vidas. En Efesios 2:6 leemos: “Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales” De modo que no tenemos que esperar hasta aquel día para experimentar la vida resucitada.

Nuestros pecados fueron expiados por la sangre de Cristo y nuestra naturaleza pecaminosa fue desecha por su cruz, por lo tanto, de aquí en adelante lo que debemos hacer es servir y alabar a Dios con nuestra vida, con todo lo que somos y poseemos.

2. A través de un entendimiento pleno de nuestra nueva vida en Cristo (v.6-23)

¿Qué entendemos por nueva vida en Cristo? ¿Cómo comprender las dimensiones de nuestra nueva vida en Cristo? ¿Cómo vivir la nueva vida en Cristo?

Muchos de nuestros fracasos y frustraciones espirituales se debe a que no tenemos un entendimiento claro de lo que significa nuestra nueva vida en Cristo.

2.1 La nueva vida en Cristo significa que debemos tomar una a actitud definida y definitiva en cuanto a nosotros mismos (v.11)

El apóstol nos propone considerar dos verdades en cuanto a nosotros mismos; una es positiva y la otra negativa. La negativa nos dice que debemos “considerarnos muertos al pecado”, mientras que la positiva nos dice que debemos “considerarnos vivos para Dios”

La experiencia de la verdadera libertad llega cuando nos concientizamos de que ya no vivimos para nosotros mismos, sino para Dios y para cumplir su voluntad. Esto implica que constantemente tengamos que analizar nuestra vida en todos sus aspectos: en el sentimental, relacional, intelectual, moral, espiritual, sexual, en fin...

A menos que no tomemos en una manera definitiva el hecho de que somos muertos, todo esfuerzo por considerarnos muertos no hará sino intensificar la lucha contra la vieja naturaleza, y el resultado será una derrota segura.

2.2 La nueva vida en Cristo significa que debemos enfrentar el poder del pecado con el señorío de Cristo (v.12-14)

La esencia de la verdadera libertad se encuentra en la palabra traducida como “presentar”. La NVI la traduce como “ofrecer” y la versión Dios habla hoy la traduce como “entregar”. Resulta que presentar implica un ofrecimiento y una entrega voluntaria de algo. Significa también mostrar o exhibir algo ante alguien para que sea visto y tenido en cuenta.

Esto significa que somos nosotros mismos los que nos ofrecemos para ser instrumentos del pecado en las manos de Satanás. No estoy hablando de una posesión demoníaca, sino de un acto deliberado, intencional y consciente por parte del creyente. Pero así como deliberada, intencionada y conscientemente nos ofrecemos para el pecado, así también debemos presentarnos delante de Dios como personas que hemos experimentado la resurrección de la condenación y el poder del pecado, para convertirnos en siervos del Dios Altísimo.

No debemos permitir que el pecado reine, controle nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro corazón y nuestras emociones. Ya no servimos al pecado. El pecado ha dejado de ser nuestro amo. Dios es nuestro nuevo amo y nosotros somos sus siervos en virtud de nuestra identificación y unión con Su Hijo, mediante su crucifixión, muerte, sepultura y resurrección. Y como siervos suyos, somos llamados a oponernos a las insinuaciones del diablo y del pecado, contrarrestándolo con el señorío de Cristo en nuestras vidas.

2.3 La nueva vida en Cristo significa que debemos tomar una decisión definitiva todos los días de nuestra vida (v.15-23)

¿Cuál es esa decisión? Ser esclavos del pecado o ser esclavos de la obediencia. Puesto que ahora estamos bajo la administración de Dios ya no estamos bajo el dominio y la condenación del pecado, sino bajo el control y la gracia de Dios.

Nuestro servicio a Dios no consiste en estar involucrado en los ministerios de la Iglesia, tampoco consiste en ser un fiel apoyador de la obra del Señor en todos sus aspectos. El verdadero servicio a Dios consiste en una entrega total que nos lleva a la santidad, la libertad y la vida eterna.

La esclavitud del pecado trae como consecuencia la condenación, la muerte eterna, la enemistad con Dios y la impureza, entre otros. Mientras que la esclavitud a la obediencia trae vida eterna, justificación, reconciliación, obediencia y santidad.

La verdadera libertad en Cristo proclama que hemos dejado de ser esclavos del pecado para convertirnos en hijos de Dios. Los esclavos están sujetos a las órdenes del amo y no tienen decisión propia, mientras que los hijos gozan de los privilegios y los beneficios que les da su padre.

Conclusión:

¿Cómo llegar a la experiencia de la verdadera libertad? El programa de liberación de Cristo quiebra nuestra servidumbre tanto a la carne como al diablo. Nadie puede ser esclavo y libre a la vez. Nadie puede servir a dos señores a la vez.

El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, proclama que el reino de pecado ha sido quebrantado por la justificación. Que el pecado y la justicia son incompatibles, que todo lo que procede del pecado es vergonzoso y tiene como recompensa la muerte. Y que el fruto de la justificación en Cristo es la santificación cuya recompensa es la verdadera libertad como consecuencia de la experiencia de la vida eterna.

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Monday, September 04, 2006

Una Sola Cosa Necesaria

Lucas 10:38-42

Hace más que setenta años tuvo lugar una entrevista fascinante entre el Señor Charles Schwab, entonces presidente de la Compañía Bethlehem Steel, y Ivy Lee, un consejero de dirección autodidacta. Lee era un hombre agresivo, seguro de sí mismo que con perseverancia había conseguido la entrevista con el señor Schwab, quien no estaba menos seguro de sí mismo, ya que era uno de los hombres más poderosos del mundo. Durante la conversación, el señor Lee afirmó que si la dirección de Bethlehem Steel seguía su consejo, las operaciones de la compañía aumentarían sus beneficios.
Schwab respondió: “Si usted nos puede mostrar la manera de conseguir hacer más cosas, será para mí un placer escuchar; y si funciona, le pagaré lo que pida dentro de lo razonable.”
Entonces, Lee dio a Schwab una hoja de papel en blanco y dijo: “Escriba las cosas más importantes que ha de hacer mañana.”
El Señor Schwab lo hizo.
“Ahora”, continuó Lee, “numérelas en orden de importancia.”
Schwab lo hizo.
“Mañana por la mañana empiece con el número uno, después siga con el número dos y así sucesivamente... No se preocupe si no ha completado todo al final del día. Al menos habrá completado los proyectos más importantes. Haga esto cada día. Después de que esté usted convencido del valor de este sistema, haga que sus hombres lo prueben. Pruébelo tanto tiempo como quiera, y entonces, envíeme su cheque por lo que crea que vale el consejo.”
Los dos hombres se dieron la mano y Lee abandonó la oficina del presidente. Pocas semanas después, Charles Schwab envió a Ivy Lee un cheque por 25.000 dólares. ¡Una cifra astronómica para la década de los treinta! Dijo que era la lección más provechosa que había aprendido en su larga carrera en los negocios.
En el mundo frío y duro de los negocios hay pocas cosas tan importantes para el éxito como saber establecer las prioridades y vivir de acuerdo con ellas. Esto no es menos importante en la vida espiritual. Esta mañana vamos a hablar de nuestras prioridades y vamos a ver que según Jesús, hay una sola cosa necesaria y que él quiere que vivamos en ella. Entonces, veamos qué es esa cosa necesaria leyendo el texto para esta mañana que se encuentra en San Lucas el capítulo 10...
I. Qué es esa cosa
En la película “City Slickers”, Billy Crystal protagoniza a un hombre completamente desilusionado con su vida. Y por consecuencia, sus amigos lo llevan a una aventura en un rancho de ganado para “encontrarse a sí mismo”. Allí en el rancho conoce al jefe, a un verdadero vaquero fuerte, sencillo, y de pocas palabras. Durante su aventura, el jefe le dice a Billy Crystal que para encontrar la felicidad es necesaria una sola cosa, pero se muere antes de decirle que era esa cosa necesaria.
Aquí en el texto para esta mañana, Cristo nos dice que hay una sola cosa necesaria. Pero, no nos dice directamente qué es esa cosa. Sin embargo, viendo bien la historia aquí en el texto, creo que la vamos a poder averiguar.
Una mujer llamada Marta invitó a nuestro Señor Jesucristo a comer en su casa. Pero, mientras que ella hacía todos los preparativos, su hermana María se sentó a los pies de Jesucristo para, como dice el texto, “[oír] su palabra”. He ahí la sola cosa necesaria. María escogió escuchar la Palabra de Dios, es decir, que la Palabra de Dios es esa sola cosa necesaria...
Pero, ¿por qué es la Palabra de Dios tan necesaria? Primordialmente porque nos dice quiénes somos. En este mundo es poco común la persona que realmente se conoce a sí mismo. Porque para nosotros es realmente difícil vernos honestamente en el espejo. Existe un gran número de personas en este mundo que se creen mucho cuando realmente no lo son y otros que tienen muy bajo auto-estima, que tienen anorexia o bolemia, o sea, que tienen una imagen baja y torcida de sí mismo. Pero la Biblia nos ayuda a tener una imagen correcta de quiénes somos.
Al vernos en el espejo de la Palabra de Dios, lo primero que vemos es que somos gente con muy malas prioridades. Jesús dice que se debe buscar primeramente el reino de Dios, o sea, que Dios y su Palabra deben ser lo principal en nuestra vida. Pero en nuestra vida cotidiana, ¿qué lugar tiene Dios? Si las cosas que hacemos en el transcurso del día corresponden a lo que tiene prioridad en nuestra vida, ¿dónde está Dios? ¿Dedicas tiempo cada día para leer su Palabra? ¿Le agradeces cada mañana por el nuevo día que te ha dado, por tu familia, por tu casa, por tu trabajo? ¿Tienen devocionales familiares? ¿Aun habla tu familia acerca de Dios? ¿En tus conversaciones con los compañeros del trabajo, con tus amigos y con tus compañeros de clase, mencionas que Dios es importante para ti? Lamentablemente aun yo como pastor no puedo contestar muy bien esas preguntas. Somos gente de muy malas prioridades y por lo tanto merecemos el castigo de Dios.
Pero hay que ver muy bien ese espejo que es la Palabra de Dios, porque aunque somos pecadores feos, no hay necesidad de tener bajo auto-estima, porque Dios no nos ve así. No, en su Palabra nos da la seguridad de quiénes somos, o sea, que por medio de Jesucristo somos los hijos perfectos de Dios. Cristo vino a este mundo y guardó toda la ley de Dios en nuestro lugar, o sea, que él sí siempre mantuvo buenas prioridades. Dios y su Palabra siempre tenían el primer lugar en la vida de Jesús. Es por eso que siempre lo encontramos en el templo o en la sinagoga, entre la gente predicando las buenas nuevas del evangelio. Y por su muerte en la cruz, esa perfección cuenta por nosotros. Dios nos ve como perfectos porque nos ha dado la perfección de Jesucristo. Por eso la Palabra de Dios es tan necesaria, porque sencillamente nos enseña el camino al cielo, el camino quien es nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Pero si ya sabemos eso, ¿para qué siempre estar leyendo la Biblia? ¿Has pensado en eso? Si ya sabemos lo que hizo Jesús por nosotros, ¿por qué asistir a la iglesia y estudiar la Biblia? Pues yo digo que todavía es necesaria la Palabra de Dios por dos razones: primero porque ahora que queremos agradecer a Dios por la salvación que nos da, necesitamos una guía para decirnos cómo. Es que han existido personas por toda la historia las cuales pensaron que estaban sirviendo a Dios haciendo cosas horribles (como por ejemplo, la inquisición). Por naturaleza no sabemos exactamente que Dios quiere que hagamos en nuestra vida para agradecerle, y entonces, hay que estar en su Palabra, esa lámpara que nos enseña el camino correcto. Además, necesitamos esa Palabra porque nos alimenta espiritualmente, nos carga las pilas. Sin esa Palabra nos quedamos sin fuerza ante nuestros enemigos espirituales. Sin esa Palabra nos encontramos sin consuelo ante las tragedias de este mundo.
Entonces, hermanos, hay una sola cosa necesaria, que es la historia de nuestra salvación que se encuentra en la Biblia, porque nos enseña quiénes somos por naturaleza y quiénes somos por los méritos de Jesucristo. La Palabra de Dios es necesaria porque por medio de ella, el Espíritu Santo nos da y nos fortalece en la fe. La Palabra de Dios es la luz que nos enseña el camino al cielo quien es Jesús y después el camino por el cual Dios quiere que andemos para agradecerle. Como dice el salmo, “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.”
II. ¿Cómo se vive en esta cosa necesaria?
Pero ya que sabemos qué es esa sola cosa necesaria, ¿cómo la vamos a usar? ¿Cómo se vive en la cosa necesaria (o sea, en la Palabra de Dios)? Pues, vemos aquí en la historia de María y de Marta ¿verdad? Dice el texto que Marta “se preocupaba con muchos quehaceres.” Imagínense, Dios mismo te está visitando y queda mucho por hacer. La sala está desarreglada, la comida no está lista, la mesa está sucia, Dios está sentado en tu sala, y tu hermana rehúsa ayudarte. Fíjense que Marta no estaba mal en que quería dar a su Salvador una rica cena. Pero realmente es una cuestión de prioridades, porque otra vez, ¿qué es la cosa necesaria? Pues, vemos que María la escogió, ¿verdad? Se sentó a los pies de su Salvador para recibir de él esa cosa necesaria.
Y entonces les pregunto a los aquí presentes que llevan años en la iglesia, años sentados a los pies de Jesucristo escuchando su Palabra: actualmente, ¿cómo están sus prioridades? ¿Todavía tienen Dios y su Palabra prioridad en su vida? Cuidado, porque el diablo nos va a tentar a pensar que ya lo sabemos todo. Entonces, ¿para que seguir estudiando lo mismo? Nos va a tentar a sentarnos en frente de la televisión, en frente de la computadora, a quedarnos dormidos en nuestras camas, en vez de sentarnos a los pies de Jesucristo. Y fíjense que la misa y los estudios bíblicos aquí en la iglesia nos son las únicas oportunidades que tenemos para sentarnos a los pies de Jesucristo, sino cada vez que estudiamos la Palabra de Dios en el hogar nos sentamos a los pies de Jesucristo. Y entonces les animo, especialmente a los papás: que estudien la Palabra de Dios en su casa con sus hijos, leyéndoles historias bíblicas hasta a los más chiquitos. Hablen con sus hijos jóvenes del camino quien es Jesucristo y el camino por el cual él quiere que anden ellos. Ustedes tienen la responsabilidad de criar a sus hijos en la Palabra de Dios. No es la responsabilidad de los pastores ni la iglesia. Estamos aquí para ayudar, pero ustedes tienen la responsabilidad de sentar a sus hijos a los pies de Jesucristo.
Y bueno, a los aquí presentes que no llevan mucho tiempo aquí en la iglesia o los que nos están visitando por primera vez, les pregunto a ustedes también ¿cómo están sus prioridades? Pues, ya están sentados a los pies de Jesucristo. Pero mañana ¿qué? El martes ¿qué? Ha llegado el momento de cambiar sus prioridades. Un cambio de prioridades hizo una gran diferencia en la vida del negociante Charles Schwab, y yo les digo que un cambio en sus prioridades espirituales hará toda la diferencia en la vida suya.
Porque, hay una sola cosa necesaria. Esta Palabra sí nos enseña nuestros pecados y nuestra necesidad de un Salvador, pero también nos enseña a nuestro Salvador Jesucristo. Por medio de esta misma Palabra, Dios nos da y nos fortalece la fe. Entonces sigamos estudiando esta Palabra; sigamos a los pies de Jesucristo. Como dijo San Pablo al joven Timoteo, yo le digo a cada uno de ustedes, “Pero persiste tú en los que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” Hermanos y hermanas, sigamos a los pies de Jesucristo todos los días de nuestra vida. Amén.

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Sunday, September 03, 2006

Dios Es Nuestro Salvavidas

1 Reyes 17:17-24

La serie “Baywatch” (Guardianes de la bahía) se ha terminado después de casi una década en la televisión. ¿Han visto esa seria? Supuestamente trataba de la vida de un grupo de salvavidas en California, pero en realidad trataba más de personas bonitas corriendo en trajes de baño. Pero en la vida real, los salvavidas son muy importantes. Nos cuidan cuando estamos en la playa o una piscina pública, regañándonos si estamos haciendo algo tonto como nadar en corrientes fuertes o correr al lado de la piscina donde se puede caer. Además salvavidas han salvado la vida de muchas personas que se estaban ahogando. Los salvavidas son importantes.
Pues, hoy vamos a ver la historia de Elías y la viuda de Sarepta, una historia del Antiguo Testamento, y vamos a ver que Dios es el salvavidas más importante que todos: más fuerte, más inteligente y más rápido que aun David Hasselhoff el protagonista de Baywatch. Porque Dios nuestro salvavidas nos ha salvado de la muerte eterna y siempre nos está vigilando y protegiendo. Entonces, leemos de 1 Reyes 17:17-24...
I. Nos salva de la muerte
Primordialmente debemos ver los antecedentes del texto para esta mañana: Elías fue un profeta de Dios que vivió durante el reinado de Acab, el rey de Israel. Acab tiene la distinción de ser el rey que hizo más mal que todos los reyes que lo precedieron. Y esto está muy mal cuando se considera que no había ni un buen rey de esas tribus del norte y Acab era el peor. Acab se casó con la malvada Jezabel quien promovió la adoración a Baal y Asera, dos ídolos cuya adoración incluía ritos pornográficos y violentos.
Por lo que sabemos, Jezabel envió al menos 450 misioneros de Baal al pueblo para corromperlos... y funcionó. Entonces, Dios envió a Elías para decir al rey que por causa de su maldad y la idolatría de su nación, Dios iba a mandar una sequía terrible sobre Israel y no habría lluvia en Israel por años. Toda la vegetación se secó y muchas personas murieron de hambre. Si piensas que Dios no toma en serio el pecado, debes ver “la disciplina” que mandó en varias ocasiones a su pueblo del Antiguo Testamento.
Pero Dios, el fiel salvavidas, cuidó a su profeta Elías, mandándolo primero a un arroyo donde cuervos lo alimentaron milagrosamente. Cuando se secó el arroyo, Dios lo envió al norte, a un pueblo llamado Sarepta en la tierra de los fenicios. Es que Acab culpó a Elías por los problemas en Israel y consecuentemente lo estaba buscando para matarlo. Entonces, Elías tenía que huir a una tierra extranjera.
Y en ese pueblito de Sarepta, Dios lo envió a una viuda pobre que vivió con su hijo. Ellos solamente tenían una jarra de harina, pero Dios con su gran poder hizo que esa harina durara meses para que la viuda, su hijo y Elías tuvieran que comer. Y eso nos lleva a los eventos del texto para esta mañana.
Fíjense que Dios decidió mostrar su poder y amor a la viuda de Sarepta al dejar que se muriera su hijo. Y vemos que la viuda en su tristeza reaccionó como muchos de nosotros reaccionaríamos: pensaba que Dios la estaba castigando por sus pecados.
Es que, aunque ella no fue israelita ni tenía los diez mandamientos, se dio cuenta de que era pecadora porque tenía una consciencia, esa voz que da testimonio al hecho de que hay un Dios justo que castiga el pecado. Y entonces, ella pensaba que esto fue el castigo de Dios por sus pecados.
Pero Elías llevó al muchacho a su aposento, o sea, a su cuarto y pidió al Dios que mostrara a esa mujer que no era castigo. Y extendiéndose tres veces sobre el joven, vemos que volvió a vivir, con el resultado que la fe de la mujer fue fortalecida y confió en que Elías fue el profeta de Dios y que la Palabra de Dios es verdad.
Bueno, ¿cuántas veces nos sentimos como esa pobre viuda que perdió a su hijo? Nos sentimos como Dios nos está castigando. ¿Por qué llevó a mi esposo? ¿Por qué me dio cáncer? O como mi hermana preguntó hace dos semanas, ¿por qué Dios llevó a mi bebé aun antes de que naciera? Tiene que ser que Dios me está castigando por los pecados que cometí en mi juventud, por mis pensamientos malos o por mis palabras de enojo. El apóstol Pablo escribe que esas cosas, esos pecados son los que “resultan en muerte”. Porque Dios es santo y odia el pecado. Tiene que castigar el pecado.
Pero la verdad es que nuestros pecados ya han sido castigados. Jesús, nuestro gran salvavidas, dio su propia vida, sufriendo el castigo de nuestros pecados para rescatarnos del castigo. Dios castigó a Jesús con la muerte y el infierno por los pecados que habían sido cometidos y los que iban a ser cometidos, incluso los nuestros. No hay más castigo por los pecados porque Dios castigó a Jesús por todos los pecados de todas las personas de todos los tiempos. Los únicos que van a recibir castigo son los que en su incredulidad rechazan a Cristo y el perdón que ganó por nosotros en la cruz. Dios no te va a castigar nunca porque no hay castigo para los que creen en Cristo Jesús.
¿Se acuerdan que hace unas semanas el Pastor Carlos hablaba de la diferencia entre el castigo y la disciplina? La palabra disciplina literalmente significa “instrucción”. Dios nos disciplina en amor para nuestro bien. O sea, cuando pasamos por tiempos difíciles, cuando un ser querido se muere, no es que Dios nos está castigando, sino que en amor nos quiere fortalecer y llevarnos más cercas a él. Y eso es lo que pasó con la viuda del texto para esta mañana.
Pero bueno, fue fácil para ella confiar en Dios, visto que la devolvió a su hijo, ¿verdad? Dios no siempre nos da lo que queremos. No nos devuelve a nuestros mamás y papás que han fallecido, ni a nuestros hijos, esposos o abuelos. Pero sí, nos promete que todas las cosas sirven para nuestro bien. Por medio de su Palabra nos da la fuerza y valor para enfrentar tragedia, enfermedad y muerte. Por medio de su Palabra nos salva cuando nos estamos ahogando en la desesperanza. Nos da la confianza en que todo pasa según su plan de amor, aun si no lo vemos. Y aun más, sabemos que nos da el cielo donde no habrá más problemas, lágrimas ni muerte.
II. Siempre nos está vigilando y protegiendo
Cada anochecer, los salvavidas ponen un aviso: “No hay salvavidas. Nadar bajo su propia responsabilidad.” Y se van para sus casas. Pero nuestro Dios nunca abandona su puesto, sino siempre nos está vigilando, protegiendo y guiando, aun en la noche oscura. Nos promete en su Palabra: “No te desamparé, ni te dejaré.”
Y lo vemos en la vida de Elías, que Dios siempre estaba proveyendo para él. Y bueno, Dios no nos promete que nos va a mandar cuevas para darnos comida, pero sí va a proveer. Fíjense que Dios generalmente obra por medios naturales. Nos da manos para trabajar. Nos da doctores para sanarnos. Nos da padres para cuidarnos.
Dios, nuestro salvavidas, siempre provee, pero ¿cuántas veces no nos damos cuenta? Vemos lo que tienen los demás y nos quejamos. ¿Por qué no tengo yo un Mercedes? ¿Por qué no puedo tener una casa como mi vecino? ¿Por qué no puedo tener el más nuevo super nintendo? Fíjense que Dios sí promete proveer lo que necesitamos, lo que es bueno para nosotros, pero no nos va a dar todo lo que queremos, porque no siempre es para nuestro bien. Si dan a sus hijos todo lo que quieren, ¿es bueno para ellos? Claro que no. Y es lo mismo con Dios. Si yo le pido que me haga el rey del mundo, lo más seguro es que no me lo va a dar porque sabe que al hacerme rey, me voy a olvidar de él en mi orgullo.
Entonces, Dios no nos da todo lo que queremos, pero sí nos da mucho. Miren en su derredor a todas las cosas que Dios les ha dado. Les pregunto, ¿qué necesitamos para mantenernos vivos? ¿Cuáles son las necesidades de la vida? (esperar respuesta) Y, ¿qué tenemos? ¿Cuántas televisiones tiene en su casa? Tenemos tanta ropa para que no tengamos que poner la misma ropa por al menos unas semanas. Tenemos carros, computadores, televisiones, toca CD’s. ¿Comen la misma comida cada noche? No, tenemos una gran variedad de comida. No merecemos esas cosas. Son regalos, bendiciones de nuestro Dios.
Entonces, que reconozcamos el amor de nuestro Dios y todo lo que nos ha dado. Primordialmente, no nos va a castigar por nuestros pecados, o sea, que nuestro salvavidas dio su propia vida para darnos el cielo. Además, siempre nos vigila, nos protege, y provee todo lo que necesitamos y mucho más. Entonces, que lo agradezcamos. Agradezcamos a Dios con nuestras oraciones, con nuestros himnos de alabanza, con nuestras ofrendas, con nuestro tiempo.
Fíjense que la seria “Baywatch” se ha terminado después de 10 años en la televisión. Ya está puesto el aviso: “No hay salvavidas. Nadar bajo su propia responsabilidad.” Dios nuestro salvavidas todavía está en su puesto y nunca lo va a abandonar. Su letrero dice: “Nunca te desamparé, ni te dejaré.” Demos gracias a Dios. Amén.

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