Thursday, October 19, 2006

Viviendo A La Luz De La Eternidad

Juan 14:1-6

Propósito: Que los oyentes, al oír el mensaje de salvación decidan, por fe, recibir el regalo de la
vida eterna en Cristo.

Introducción:

A través del curso de la historia el ser humano se ha aferrado e interesado profundamente en lo que es la eternidad.

Los griegos de la antigüedad pensaban que el hombre podía producir palabras y obras que trascendieran más allá de su existencia física. De tal modo que cuando una persona después de dejar este mundo, a través de la puerta de la muerte, todo lo que quedaría de ella sería únicamente los rastros imperecederos de lo que fue su existencia.

Viene a mi mente una canción de Julio Iglesias, padre del conocido Enrique Iglesias, que se titula “La vida sigue igual”. En uno de sus versos dice: “Al final, las obras quedan, la gente se va. Otros que vienen las continuarán. La vida sigue igual...”.

El mensaje de dicha canción deja ver claramene que lo material a veces nos tiene encadenados y ciegos que por eso fallamos en no mirar más allá. Estamos tan ocupados y afanados por lo que vemos y por lo que tenemos, que no nos detenemos a pensar en la eternidad. Lo material ha eclipsado lo eterno a tal punto que no hacemos planes para la eternidad siendo que pasaremos el resto de nuestra vida allí.

Por lo general siempre pensamos y hablamos en términos de hoy y no del mañana. Se vive como si nunca tendremos que enfrentarnos a la muerte. Se vive tan aceleradamente como si la muerte fuera el fin de todo. Por eso hay un conocido refrán en inglés que dice: “life is tough, and then you die”. La vida es difícil, dura y luego te mueres. He escuchado a muchas personas decir cuando alguien muere: “Pero gozó y disfrutó. Viajó, comió y se dio gusto. Por lo menos eso se llevó”

Aún así y en medio de este mundo materializado y cómodo hay una conciencia profunda de que hay más. Por eso el hombre moderno todavía continúa en la misma búsqueda de la realidad más allá de nuestro mundo. Es más, hay una organización que se ocupa de preservar los cuerpos de algunas personas con la falsa esperanza de que algún día se descubrirá la manera para volverlos a la vida. Para esto tenemos que plantearnos dos preguntas: 1) ¿Termina todo con la muerte? y 2) ¿Es la muerte la puerta para entrar a un nuevo y extenso capítulo de nuestra vida?

Transición:

La brevedad de la vida nos debe llevar a vivir a la luz de la eternidad. Puesto que ésta no se encuentra a una distancia inalcanzable. La eternidad se encuentra a unos segundos de distancia de este mundo. Por lo tanto, necesitamos vivir y reflexionar sobre este gigante que está cerca de nosotros como lo es la eternidad, puesto que es una realidad en donde pasaremos el resto de nuestras vidas.

¿Qué nos dice el Señor Jesús respecto a la eternidad en este pasaje? Veremos tres verdades en cuanto a este tema.

1. Jesús nos afirma que la eternidad está lista para recibirnos (v.1a)

“No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí.”

Todos sabemos que la muerte es la fase transitoria hacia la eternidad. Y la muerte es a lo que más le temen la mayoría de los seres humanos. ¿Saben por qué? Porque si bien es cierto que la eternidad está lista para recibirnos, la humanidad no está lista para entrar en ella porque no se ha preparado.

Tan cierto es el temor a la muerte que a veces aún Los mismos que profesan creer en Cristo para vida eterna evaden el tema. Pero como algo paradójico, hablamos de la eternidad, sabemos lo que encontraremos y estamos seguros de la vida eterna, pero casi ni tocamos el tema de la muerte. ¿Y qué podemos decir de los que ni siquiera tienen temor de Dios en sus corazones? Por eso es que cuando llega lo inesperado, el llanto y la desesperación se apoderan de ellos y los que quedan en vida hacen todo lo posible por ver “cómo le ayudan al muerto en el más allá”.

Pero esta es la gran verdad y lo inevitable de la vida terrenal: tarde o temprano tendremos que enfrentarnos con la eternidad. Por ello, para vivir la vida a la luz de la eternidad tenemos que aceptar que la eternidad es una realidad irreversible.

Matín Lutero decía que en su agenda solo habían dos días: hoy y aquel día. La vida terrenal, por muy larga o corta que sea, en riqueza o en pobreza, en salud o enfermedad, en juventud o ancianidad, es un breve lapso de tiempo en donde debemos prepararnos para enfrentarnos con Dios cara a cara y responder personalmente por nuestras accciones hechas en la vida.

Si la eternidad está lista para recibirnos ¿está Ud. listo para entrar en ella? Jesús nos dice: “No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí”

2. Jesús nos aclara las dudas acerca de la eternidad (v.2)

“...En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho...”

Seguramente algunos de los presentes aquí se estarán preguntando ¿cómo puedo estar seguro de que la eternidad existe? Y si existe, ¿qué puedo encontrar allá?

Voy a responder estas dos preguntas brevemente. A través de la historia y sin importar la cultura, la educación, el idioma, la nacionalidad y el sexo, ha humanidad entera sostiene ciertas creencias en cuanto al más allá.

Lo antiguos egipcios eran unos de los que sostenían la fuerte creencia en la vida del más allá. Por eso embalsamaban los cuerpos porque creían que se necesitaría en el más allá. Enterraban a sus muertos con sus riquezas, al envolverlos en los lienzos colocaban en sus manos y en ciertas partes de su cuerpo, amuletos. Se dice que invertían mucho en la construcción de tumbas las cuales estaban más y mejores acondicionadas que la casa donde habitaban. ¿Nos dice algo esto?

Los antiguos Incas también sostenían esta misma creencia. Por eso cuando ofrecían a sus hijos en sacrificio les colocaban ciertos objetos de valor, comida, zapatos nuevos y ropa para el viaje que emprederían en el más allá para encontrarse con su dios y entregarle los regalos que llevaban. ¿Nos dice algo esto?

La eternidad siempre ha sido, ya sea que la afirmemos o la neguemos. La incóginita que atemoriza a todos está en lo que encontrarán una vez que hayan partido de este mundo para entrar en la esfera del mundo invisible.

Dejémos que sea la Biblia la que nos aclare las dudas acerca de lo que podemos encontrar:

 (Apoc. 20:12, 15 “Y vi a los muertos grandes y pequeños de pie ante Dios y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros... y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

 (Apoc. 21:1-4) “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron... he aquí el tabernáculo de Dios con los hombres y el morará con ellos... enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron

En la eternidad solo hay dos cosas que podemos encontrar: la vida eterna, es decir el cielo, y la muerte eterna, o sea el infierno. Yo sé que esto último no es del agrado de nadie. Por eso en esta tarde el Señor te dice que tu puedes prepararte para encontrarte con la eternidad. Porque en la casa de Dios hay muchas moradas y Él te ofrece una para que tu puedas habitar con él en la eternidad.

3. Jesús establece la dirección correcta para entrar a la eternidad sin temor (v. 1b, 6)

Decir que “todas las religiones conducen a Dios” es afirmar que “la religión es el camino para entrar en la eternidad sin temor”. Y esto no está en armonía con lo que la Biblia nos dice.

La Biblia nos dice que el propósito de Dios no es condenarnos al castigo eterno. Puesto que él nos ama y tiene un plan maravilloso para nuestras vidas. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree que se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:16) El plan de Dios es que usted pueda, en Cristo, encontrar vida eterna aquí y continuar disfrutándola en la eternidad.

Pero hay un factor importante que tenemos que enfatizar. El hombre es pecador y está separado de Dios, por eso no puede enfrentar la eternidad sin temor y a causa de su pecado está incapacitado para conocer y experimentar el amor y el plan de Dios para su vida. Dice la Biblia: “No hay un solo justo, ni siquiera uno... pues todos han pecados y están privados de la gloria de Dios” (Ro. 3:10, 23)

La Biblia nos dice también que el hombre fue creado para tener comunión con Dios en la eternidad, pero escogió, bajo el principio de la rebelión, la dirección equivocada en su relación con Dios. El pecado es la barrera que nos lleva a vivir una vida incompleta, frustrada e insatisfecha. A tal punto que pensamos que la vida misma no vale nada y que hemos nacido solo para sufir y esperar la muerte y que allí termina todo.

Pero he aquí la clave para entrar en la eternidad sin temor: “Confíen en Dios, y confíen también en mí”. “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

Jesucristo es la única provisión de Dios para que el hombre pecador pueda experimentar el amor y el plan de Dios para su vida. La Biblia dice: “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro. 5:8)

Pero a parte de eso Cristo también resucitó al tercer día. Se levantó de la tumba, ascendió a los cielos y nos ha preparado un lugar en donde morar en la eternidad y desde allí vendrá por segunda vez con poder y gran gloria.

Cristo es el único camino. El único que ha cruzado el abismo que nos separaba de Dios. El único que murió en nuestro lugar. Y por eso es el único que nos ofrece el cielo como un regalo y no como un premio, solo mediante la fe en su obra en la cruz.

La Biblia dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de bosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. (Ef. 2:8-9) también afirma que “...sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan” (He. 11:6)

Jesús mismo afirma: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios... El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Jn. 3:17-18; 36)

¿Está Ud. preparado para entrar en la eternidad? Es en esta vida en donde Dios te da toda oportunidad de ponerte en paz con él. Es en esta vida en donde tienes que arreglar y decidir en donde pasarás la eternidad.

En la eternidad hay más de lo que hay en este mundo. Hay cosas mucho más bellas, invaluables e imperecederas. Hay paz, gozo y la seguridad de vivir para siempre en la presencia de Dios. Dios, el Gran YO SOY, quien existe desde la eternidad y hasta la eternidad, El te creó para tener comunión con él en la eternidad a través de la persona de Su Hijo Jesucristo.

Tener un tiempo de oración. Cantar el himno “Ven amigo a Jesús”.

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